Tanto la familia como la tutora han informado a la orientadora que este niño, de 4 años, retiene pocos conceptos y lo hace muy lentamente en relación a su edad biológica y a su grupo clase.
Lo que se pretende con esta sesión es comprobar, si se producen o no, los mismos comportamientos de clase cuando estamos a solas con él. Para observar con más detalle, la tutora explica anteriormente a la orientadora los déficits del niño.
Para que no esté asustado le decimos que vamos a jugar. Al ver que muestra mucho interés por los puzzles, utilizamos uno como base de las preguntas. Estas van encaminadas a las observaciones hechas por la tutora. En este caso ha visto dificultades en el reconocimiento de los números y de la asimilación de conceptos abstractos.
Por ejemplo, le hemos preguntado cuantas piezas teníamos en una mano, cuántas quedaban después de quitar alguna, que cuente hasta 10, después de forma descendente hasta el 0, qué dibujos aparecían en el puzzle, para que sirven esos objetos, si se comen, los colores, etc.
Además, para comprobar si comprende los conceptos abstractos, se utiliza una lámina con dibujos secuenciados, se le cuenta una historia acorde a las ilustraciones y, a continuación, se le pide al niño que resuma lo que le hemos contado.
Como la sesión ha sido bastante positiva se ha decidido, entre el pedagogo y la tutora, darle tiempo al niño. No obstante, la tutora seguirá su evolución y nos tendrá informados de cualquier cambio. También se encargará de comunicar a la familia del niño el desarrollo de la sesión y las medidas adoptadas.
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